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En una actualidad en donde el K-Pop parece pelear de tú a tú con el reguetón, la relevancia cultural de Blackpink no podría ser menor. La banda surcoreana no solo se ha concretado en lo más alto de la escena musical, también ha logrado su popularidad al crear una insignia de cada una de sus cuatro integrantes, haciendo de Lisa, Jisso, Jennie y Rosé, algo más que un simple grupo musical. Ellas son, más bien, algo que se asemeja más a una revolución de contenido surcoreano que hoy en día ha acaparado la escena cultural.
Blackpink ha logrado impactar más allá de la escena musical. La incorporación de sus integrantes a temas de moda o seguir su vida en Instagram, se ha convertido en algo que indagar con cada presentación o con cada salida pública. Algo que tenemos que aplaudir a los formadores de la girl band al generar un concepto hiperatrayente e hiperpopular que le ha dado la vuelta al mundo una vez más. Lo que nos hace recapitular y reflexionar sobre la historia de Blackpink y cómo han llegado de un simple cast a la fama internacional.
Blackpink se formó en 2009, cuando la discográfica YG Entertainment realizó un casting masivo para crear un nuevo grupo de chicas, después del gran éxito que había tenido 2NE1.
Las elegidas se prepararon para su debut en una academia tomando clases de danza, canto y composición. Este debut que inicialmente estaba fijado para 2011, se retrasaría hasta 2016. Entretanto, sus integrantes fueron promocionadas mediante su aparición en vídeos musicales de otros grupos de sello y duetos con artistas consolidados.
Jennie, Rosé y Jisoo son coreanas, aunque la primera pasó su infancia en Nueva Zelanda, mientras que Lisa es medio tailandesa, medio suiza, convirtiéndose en la primera extranjera que llega a ser una estrella del K-Pop.
El lanzamiento del grupo fue precedido por varios téasers, vídeos y anuncios que crearon una gran expectación. Su disco, Square One, en agosto de ese año, con sus singles Boombayah y Whistle, escaló con rapidez las listas de éxitos asiáticas.
La euforia mundial con Blackpink fue evidente desde sus inicios, sin embargo, su presentación en Coachella 2019, posicionó al grupo como el primer grupo de K-pop femenino en presentarse en el Festival del Valle de California. Generando no solo que Blackpink rompiera fronteras, sino también récords en representación asiática femenina alrededor del planeta. Tras Coachella, llegaría lo que es quizá el pico más alto en la carrera de Blackpink, y del cual no se han bajado.